Para algunos, la perspectiva de asumir una responsabilidad tan alta como liderar un proyecto, y aceptar la posibilidad del fracaso puede ser desalentadora. Son pocos los que, a pesar de todo, prosperan con el riesgo, aceptan la ambigüedad sin necesitar todas las respuestas por adelantado y adquieren la capacidad de aportar claridad a situaciones inciertas. Solo aquellos con la habilidad suficiente para aplicar los fundamentos de la gestión de proyectos en su máximo espendor encontrarán en este camino una carrera ideal y satisfactoria.
Comprender la esencia de la gestión de productos
En pocas palabras, el éxito de un gestor de productos se mide por su capacidad para movilizar a toda la organización en el lanzamiento de productos y su posterior triunfo o fracaso.
En esencia, la principal responsabilidad de un gestor de productos es garantizar que el equipo trabaje en lo correcto. Elabora una visión clara de la dirección del producto, reúne consenso en torno a ella y luego guía al equipo en la realización de esa visión. El resultado de una gestión eficaz del producto es la creación de un trabajo significativo que se alinea con la misión de la empresa, encarna una visión a largo plazo y alcanza los objetivos empresariales.
Desde la concepción hasta el lanzamiento y el mantenimiento continuo, el gestor de productos se asegura de que los esfuerzos del equipo se mantengan en sintonía con los objetivos y, en última instancia, produzcan resultados empresariales tangibles.
A lo largo del proceso, el manager o gestor de productos genera una serie de documentos: materiales dirigidos a las partes interesadas que comunican la visión, la estrategia y los planes de alto nivel; documentos centrados en el equipo que definen el comportamiento del producto; y cualquier otra documentación necesaria para especificar completamente el producto y las decisiones tomadas durante su diseño.
Estos artefactos, tangibles en el mundo empresarial, sirven de guía para el equipo a lo largo del proceso de desarrollo del producto, dejando huellas que revelan la inestimable contribución del gestor de producto como guía de apoyo, pero decisivo, dentro de la organización.
Comprender las necesidades de los clientes y los puntos de vista de los usuarios
Un gestor de productos debe poseer un profundo conocimiento del mercado y sus usuarios. En los productos de empresa, un pequeño número de clientes importantes con necesidades específicas pueden participar en el proceso de diseño para abordar esas necesidades con eficacia. Esto puede abarcar desde preguntas directas a clientes anteriores, pequeños cuestionarios sobre el producto a crear o incluso pruebas gratuitas por un tiempo limitado.
Sin embargo, en productos de consumo con millones o miles de millones de usuarios, se necesitan herramientas analíticas y un grupo especializado para identificar problemas comunes y garantizar que los clientes en general se identifiquen con el problema que se pretende resolver, entiendan la solución y reaccionen positivamente ante ella.
Crear una visión clara
Una vez comprendidos el mercado y el panorama de usuarios, y con los objetivos empresariales en mente, el gestor de producto colabora con el equipo para desarrollar una visión del producto ¿Qué debe hacer el producto para resolver el problema del cliente y alcanzar los objetivos empresariales? ¿Y cómo puede impulsarse el producto desde su estado actual hasta donde debe estar?
Garantizar la participación de las partes interesadas
El gestor de productos debe reunir a todos en torno a su visión. Ha de actuar como portavoz, motivador y principal negociador de su producto.
Sin embargo, la humildad y la colaboración son igualmente importantes; el plan que tiene más probabilidades de ser adoptado por el equipo es aquel en cuya elaboración han contribuido de manera voluntaria y en donde recae el orgullo colectivo. El gestor de productos debe estar abierto a adaptar la visión para incorporar la sabiduría colectiva del equipo y ganarse su aceptación.
Adecuada estructuración del trabajo
El gestor de productos dirige el proceso global de transformación de una visión en realidad. Con eso en mente, los pasos a seguir consisten en traducir dicha visión en objetivos concretos y medibles, diseñar una estrategia para alcanzarlos y proporcionar una descripción detallada del producto que se va a crear.
El gestor de productos apoya al equipo en todo momento de la ejecución (la construcción real del producto y cualquier otro paso necesario para llevarlo al mercado), desarrollando planes de proyecto, ayudando al equipo a superar retos y resolviendo obstáculos organizativos que, de otro modo, podrían impedir el adecuado progreso.
Capacitar al equipo para hacer realidad la visión
El éxito del gestor de productos se mide en última instancia por la capacidad de su equipo para ofrecer un producto excepcional que prospere en el mercado.
Numerosos factores externos pueden hacer fracasar el lanzamiento de un producto, como una mala interpretación de las necesidades del usuario o la creación de un producto equivocado. El gestor de productos debe dirigir al equipo multifuncional, mantenerlo motivado al tiempo que garantiza su bienestar, asegura el apoyo de las partes interesadas y aboga por los recursos necesarios para entregar el producto. Se trata de un papel polifacético que requiere una hábil navegación.
Dominar los fundamentos de la gestión de productos es un proceso de aprendizaje continuo. Si asimila los principios tratados en este capítulo y los aplica en situaciones reales, estará en el buen camino para convertirse en un gestor de productos excepcional.